viernes, 15 de agosto de 2008

Josè Olaya, Nuestro Màrtir Pescador

José Silverio Olaya Balandra fue un héroe de nuestra patria que nació en San Pedro de Chorrillos en el año de 1782.

Nuestro mártir pescador creció en un ambiente lleno de del amor por la patria.

Su padre, don José Apolinario, pescador chorrillano, fue un profundo y sencillo patriota que nunca temió mostrar sus simpatías por la causa de la libertad, en tiempos en los que las fuerzas realistas mantenían aún el poder en nuestra patria.

Esos ideales de libertad e independencia de José Olaya lo acompañaron toda su vida y no se doblegaron aún en los momentos más difíciles. Fue un sencillo pescador que amó la causa de la independencia hasta ofrendar su vida.

En la lucha por la independencia de Perú, nuestro prócer participó como emisario secreto llevando mensajes entre el gobierno (Callao) y los patriotas (Lima) a nado. Fue descubierto, apresado y sometido a tormento y condenado a muerte; pero a pesar de las torturas, nunca reveló su misión.

La independencia del Perú, declarada por primera vez en Huaura el mes de noviembre 1820 y el 28 de julio 1821 en Lima, pero solamente se había hecho efectiva en Lima y en el norte; pero en el Cusco, en la sierra central y en el sur el Perù aún estaba bajo el dominio español.

Cuando José de San Martín reconoce el poco apoyo que le dan las fuerzas políticas y militares, renuncia ante el Congreso Constituyente de 1822. El congreso nombra como presidente de la República a José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete y presidente del Congreso era, Francisco Xavier de Luna Pizarro.

El ejército realista, aprovechando que las tropas patriotas se encontraban lejos, toma Lima, obligando a los miembros del Congreso a refugiarse en la Fortaleza del Real Felipe en el Callao.

Es en este escenario, es cuando José Olaya, pescador de oficio, no dudó en servir de nexo entre las naves de la Escuadra Libertadora y los soldados de las fuerzas patriotas ubicadas en Lima, aunque eso significara recorrer campos y cruzar el mar nadando.

Apresado por el ejército realista, lo torturaron con el fin de obtener información sobre las fuerzas patriotas. José Olaya Balandra no se amilanó ante el dolor. Sufrió los 200 palazos que le aplicaron, no cediendo ni siquiera cuando le arrancaron las uñas.

Finalmente, en la mañana del 29 de junio de 1823 fue fusilado en el pasaje de la Plaza de Armas de Lima que hoy lleva su nombre: el Pasaje Olaya.

Siempre recordaremos sus hermosas palabra que sirven de legado para las generaciones futura de peruanos:

"Si tuviera mil vidas, gustoso las perdería antes de denunciar a los patriotas o traicionar a mi patria"

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