viernes, 15 de agosto de 2008

Josè Olaya, Nuestro Màrtir Pescador

José Silverio Olaya Balandra fue un héroe de nuestra patria que nació en San Pedro de Chorrillos en el año de 1782.

Nuestro mártir pescador creció en un ambiente lleno de del amor por la patria.

Su padre, don José Apolinario, pescador chorrillano, fue un profundo y sencillo patriota que nunca temió mostrar sus simpatías por la causa de la libertad, en tiempos en los que las fuerzas realistas mantenían aún el poder en nuestra patria.

Esos ideales de libertad e independencia de José Olaya lo acompañaron toda su vida y no se doblegaron aún en los momentos más difíciles. Fue un sencillo pescador que amó la causa de la independencia hasta ofrendar su vida.

En la lucha por la independencia de Perú, nuestro prócer participó como emisario secreto llevando mensajes entre el gobierno (Callao) y los patriotas (Lima) a nado. Fue descubierto, apresado y sometido a tormento y condenado a muerte; pero a pesar de las torturas, nunca reveló su misión.

La independencia del Perú, declarada por primera vez en Huaura el mes de noviembre 1820 y el 28 de julio 1821 en Lima, pero solamente se había hecho efectiva en Lima y en el norte; pero en el Cusco, en la sierra central y en el sur el Perù aún estaba bajo el dominio español.

Cuando José de San Martín reconoce el poco apoyo que le dan las fuerzas políticas y militares, renuncia ante el Congreso Constituyente de 1822. El congreso nombra como presidente de la República a José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete y presidente del Congreso era, Francisco Xavier de Luna Pizarro.

El ejército realista, aprovechando que las tropas patriotas se encontraban lejos, toma Lima, obligando a los miembros del Congreso a refugiarse en la Fortaleza del Real Felipe en el Callao.

Es en este escenario, es cuando José Olaya, pescador de oficio, no dudó en servir de nexo entre las naves de la Escuadra Libertadora y los soldados de las fuerzas patriotas ubicadas en Lima, aunque eso significara recorrer campos y cruzar el mar nadando.

Apresado por el ejército realista, lo torturaron con el fin de obtener información sobre las fuerzas patriotas. José Olaya Balandra no se amilanó ante el dolor. Sufrió los 200 palazos que le aplicaron, no cediendo ni siquiera cuando le arrancaron las uñas.

Finalmente, en la mañana del 29 de junio de 1823 fue fusilado en el pasaje de la Plaza de Armas de Lima que hoy lleva su nombre: el Pasaje Olaya.

Siempre recordaremos sus hermosas palabra que sirven de legado para las generaciones futura de peruanos:

"Si tuviera mil vidas, gustoso las perdería antes de denunciar a los patriotas o traicionar a mi patria"

martes, 12 de agosto de 2008

Victoria de Junín. Canto a Bolívar

El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el ejército español en la Batalla de Junín.

A raíz de esta victoria; el vado guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico "Victoria de Junín. Canto a Bolívar", verdadera obra maestra de la poesía ecuatoriana y latinoamericana.

En ella, no sólo se describe la batalla, sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la América Libre del yugo español.



VICTORIA DE JUNÍN, CANTO A BOLIVAR


El trueno horrendo que en fragor revienta

Y sordo retumbando se dilata

Por la inflamada esfera,

Al Dios anuncia que en el cielo impera.



Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta

La hispana muchedumbre

Que, más feroz que nunca, amenazaba,

Sangre y fuego, eterna servidumbre,



Y el canto de victoria

Que en ecos mil discurre, ensordeciendo

El hondo valle y enriscada cumbre,

Proclaman á BOLÍVAR en la tierra

Árbitro de la paz y de la guerra.



Las soberbias pirámides que al cielo

El arte humano osado levantaba

Para hablar á los siglos y naciones,

Templos, dó esclavas manos

Deificaban en pompas á sus tiranos,

Ludibrio son del tiempo, que con su ala

Débil, las toca, y las derriba al suelo,

Después que en fácil juego el fugaz viento

Borró sus mentirosas inscripciones;

Y bajo los escombros, confundido

Entre la sombra del eterno olvido,

¡Oh de ambición y de miseria ejemplo!

El sacerdote yace, el Dios y el templo;



Más los sublimes montes, cuya frente

A la región etérea se levanta,

Que ven las tempestades á su planta

Brillar, rugir, romperse, estupendas

Moles sentadas sobre bases de oro,

La tierra con su peso equilibrado, (1)

Jamas se moverán. Ellos burlando

De ajena envidia y del protervo tiempo

La furia y el poder serán eternos

De LIBERTAD y de VICTORIA heraldos,

Que con eco profundo

A la postrema edad dirán del mundo:



"Nosotros vimos de JUNIN el campo,

"Vimos que al desplegarse

"Del Perú y de Colombia las banderas

"Se turban las legiones altaneras,

"Huye el fiero español despavorido,

"O pide paz rendido.

"Venció BOLIVAR: el Perú fue libre;

"Y en triunfal pompa LIBERTAD sagrada

"En el templo del Sol fue colocada.



¿Quién me dará templar el voraz fuego

En que ardo todo yo? Trémula, incierta,

Torpe la mano vá sobre la lira

Dando discorde son. ¿Quién me liberta

Del Dios que me fatiga ...?



Siento unas veces la rebelde Musa

Cual bacante en furor vagar incierta

Por medio de las plazas bulliciosas,

O sola por las selvas silenciosas,

O las risueñas playas

Que manso lame el caudaloso Guayas; (2)

Otras el vuelo arrebatada tiende

Sobre los montes, y de allí desciende

Al campo de Junín, y ardiendo en ira

Los numerosos escuadrones mira,

Que el odiado pendon de España arbolan,

Y en cristado morrion y peto armada,

Cual amazona fiera,

Se mezcla entre las filas la primera

De todos los guerreros,

Y á combatir con ellos se adelanta,

Triunfa con ellos y sus triunfos canta.



Tal en los siglos de virtud y gloria,

Donde el guerrero solo y el poeta

Eran dignos de honor y de memoria,

La musa audaz de Píndaro divino,

Cual intrépido atleta,

En inmortal porfía

Al griego estádio concurrir solía.

Y en estro hirviendo y en amor de fama,

Y del metro y del número impaciente

Pulsa su lira de oro sonorosa,

Y alto asiento concede entre los dioses

Al que fuera en la lid mas valeroso,

O al mas afortunado.

Pero luego envidiosa

De la inmortalidad que les ha dado,

Ciega se lanza al circo polvoroso,

Las alas rapidísimas agita,

Y al carro vencedor se precipita.

Y desatando armónicos raudales

Pide, disputa, gana,

O arrebata la palma á sus rivales. (3)



¿Quién es aquel que el paso lento mueve

sobre el collado que á Junín domina?

¿Qué el campo desde allí mide, y el sitio

Del combatir y del vencer designa?

Que la hueste contraria observa, cuenta,

Y en su mente la rompe y desordena,

Y á los mas bravos á morir condena,

Cual águila caudal que se complace

Del alto cielo en divisar su presa

Que entre el rebaño mal segura pace?

Preñada en tempestades le rodea

Nube tremenda: el brillo de su espada

Es el vivo reflejo de la gloria:

Su voz un trueno: su mirada un rayo.

¿Quién, aquel que al trabarse la batalla,

Ufano como Nuncio de Victoria,

Un corcel impetuoso fatigando

Discurre sin cesar por toda parte...?

¿Quién, sino el hijo de Colombia y Marte?



Sonó su voz: "Peruanos,

Mirad allí los duros opresores,

De vuestra patria. Bravos Colombianos

En cien duras batallas vencedores,

Mirad allí los enemigos fieros

Que buscando venís desde Orinoco:

Suya es la fuerza, y el valor es vuestro;

Vuestra será la gloria.

Pues lidiar con valor y por la patria

Es el mejor presagio de Victoria.

Acometed: que siempre

De quien se atreve mas el triunfo ha sido:

Quien no espera vencer, ya está vencido."



Dice: y al punto cual fugaces carros,

Que dada la señal, parten, y en densos

De arena y polvo torbellinos ruedan;

Arden los ejes; se estremece el suelo;

Y en medio del afán cada cual teme

Que los demás adelantarse puedan:

Así los ordenados escuadrones

Que del Iris reflejan los colores (4)

O la imagen del Sol en sus pendones,

Se avanzan á la lid. Oh! ¡quien temiera,

Quien, que su ímpetu mismo los perdiera! (5)



Perderse! No, jamas: que en la pelea

Los arrastra y anima y importuna

De BOLIVAR el genio y la fortuna.

Llama improviso al bravo NECOCHEA;

Y mostrándole el campo,

Partir, acometer, vencer le manda,

Y el guerrero esforzado,

Otra vez vencedor, y otra cantado, (6)

Dentro en el corazón por Patria jura

Cumplir la orden fatal; y á la victoria

O á noble y cierta muerte se apresura.



Ya el formidable estruendo

Del atambor en uno y otro bando;

Y el son de las trompetas clamoroso,

Y el relinchar del alazán fogoso,

Que erguida la cerviz y el ojo ardiendo

En bélico furor salta impaciente

Do más se encruelece la pelea;

Y el silbo de las balas que rasgando

El aire llevan por doquier la muerte;

Y el choque asaz horrendo

De selvas densas de ferradas picas;

Y el brillo y estridor de los aceros

Que el sol reflecten sanguinosos visos;

Y espadas, lanzas, miembros esparcidos

O en torrentes de sangre arrebatados,

Y el violento tropel de los guerreros

Que mas feroces mientras mas heridos,

Dando y volviendo el golpe redoblado,

Mueren, mas no se rinden.... Todo anuncia

Que el momento ha llegado,

En el gran libro del destino escrito,

De la venganza al PUEBLO AMERICANO,

De mengua y de baldón al castellano.



Si el fanatismo con sus furias todas,

Hijas del negro averno me inflamara,

Y mi pecho y mi musa enardeciera

En tartáreo furor, del león de España,

Al ver dudoso el triunfo, me atreviera

A pintar el rencor y horrible saña.

Ruge atroz, y cobrando

Mas fuerza en su despacho se abalanza,

Abriéndose ancha calle entre los haces

Por medio el fuego y contrapuestas lanzas,

Rayos respira, mortandad y estrago,

Y sin pararse á devorar la presa,

Prosigue en su furor, y en cada huella

Deja de negra sangre un hondo lago.



En tanto el Argentino valeroso

Recuerda que vencer se le ha mandado;

Y no ya cual caudillo, cual soldado

Los formidables ímpetus contiene

Y uno en contra de ciento se sostiene,

Como tigre furiosa

De rabiosos mastines acosada,

Que guardan el redil, mata, destroza,

Ahuyenta sus contrarios; y aunque herida

Sale con la victoria y con la vida.



Oh capitán valiente,

Blasón ilustre de tu ilustre patria,

No morirás; tu nombre eternamente

En nuestros fastos sonará glorioso,

Y bellas ninfas de tu PLATA undoso

A tu gloria darán sonoro canto

Y á tu ingrato destino acerbo llanto. (7)



Ya el intrépido MILLER aparece

Y el desigual combate restablece.

Bajo su mando ufana

Marchar se ve la juventud peruana

Ardiente, firme, á perecer resuelta,

Si acaso el hado infiel vencer le niega.

En el arduo conflicto opone ciega

A los adversos dardos firmes pechos,

Y otro nombre conquista con sus hechos. (8)



¿Son esos los garzones delicados

Entre seda y aromas arrullados? (9)

¿Los hijos del placer, son esos fieros?

Si: que los que antes desatar no osaban

Los dulces lazos de Jazmín y rosa

Con que amor y placer los enredaban,

Hoy ya con mano fuerte

La cadena quebrantan ponderosa

Que ató sus pies, y vuelan denodados

A los campos de muerte y gloria cierta,

Apenas la alta fama los despierta

De los guerreros que su cara patria

En tres lustros de sangre libertaron;

Y apenas el querido

Nombre de libertad su pecho inflama,

Y de amor patrio la celeste llama

Prende en su corazón adormecido.



Tal el joven Aquiles (10)

Que en infame disfraz y en ocio blando

De lánguidos suspiros,

Los destinos de Grecia dilatando,

Vive cautivo en la beldad de Sciros;

Los ojos pace en el vistoso alarde

De arreos y de galas femeniles

Que de India y Tiro y Menfis opulenta

Curiosos mercadantes le encarecen.

Mas á su vista apenas resplandecen

Pavés, espada y yelmo que entre gasas

El Itacense astuto le presenta:

Pásmase ....se recobra, y con violenta

Mano el templado acero arrebatando,

Rasga y arroja las indignas tocas,

Parte, traspasa el mar y en la troyana

Arena muerte, asolación, espanto

Difunde por doquier: todo le cede....

Aun Héctor retrocede....

Y cae al fin; y en derredor tres veces

Su sangriento cadáver profanado

Al veloz carro atado

Del vencedor inexorable y duro,

El polvo barre del sagrado muro.



Ora mi lira resonar debía

Del nombre y las hazañas portentosas

de tantos capitanes que este día

la palma del valor se disputaron,

Digna de todos... Carvajal... y Silva... (11)

Y Suares... y otros mil... Mas de improviso

La espada de BOLIVAR aparece,

Y á todos los guerreros,

Como el Sol á los astros, oscurece.



Yo acaso más osado le cantara,

Si la meonia Musa me prestara (12)

La resonante trompa que otro tiempo

Cantaba al crudo Marte entre los Traces,

Bien animado las terribles haces,

Bien los fieros caballos, que la lumbre

De la égida de Palas espantaba.



Tal el héroe brillaba

Por las primeras filas discurriendo.

Se oye su voz, su acero resplandece,

Do mas la pugna y el peligro crece.

Nada le puede resistir... Y es fama,

¡O portento inaudito!

Que el bello nombre de Colombia escrito

Sobre su frente en torno despedía

Rayos de luz tan viva y refulgante

Que deslumbrado el español desmaya,

Tiembla, pierde la voz, el movimiento;

Solo para la fuga tiene aliento.



Así cuando en la noche algún malvado

Va á descargar el brazo levantado;

Si de improviso lanza un rayo el cielo,

Se pasma, y el puñal trémulo suelta:

hielo mortal á su furor sucede;

Tiembla, y horrorizado retrocede.

Ya no hay mas combatir. El enemigo

El campo todo y la victoria cede.

Huye cual ciervo herido, y á donde huye

Allí encuentra la muerte. Los caballos

Que fueron su esperanza en la pelea,

Heridos, espantados por el campo

O entre las filas vagan, salpicando

El suelo en sangre que su crin gotea:

Derriban al jinete, lo atropellan,

Y las catervas van despavoridas,

O unas en otras con terror se estrellan.



Crece la confusión, crece el espanto:

Y al impulso del aire, que vibrando

Sube en clamores y alaridos lleno

Tremen las cumbres que respeta el trueno.

Y discurriendo el vencedor en tanto

Por cimas de cadáveres y heridos

Postra al que huye, perdona á los rendidos.



PADRE del universo, Sol radioso,

Dios del Perú, modera omnipotente

El ardor de tu carro impetuoso,

Y no escondas tu luz indeficiente....

Una hora más de luz... (13) Pero esta hora

No fue la del destino. El Dios oía

El voto de su pueblo; y de frente

El cerco de diamantes desceñía.

En fugaz rayo el horizonte dora;

En mayor disco menos luz ofrece,

Y veloz tras los Andes se oscurece.



Tendió su manto lóbrego la noche:

Y las reliquias del perdido bando,

Con sus tristes y atónitos caudillos,

Corren sin saber donde espavoridas,

Y de su sombra misma se estremecen.

Y al fin en las tinieblas ocultando

Su afrenta y su pavor desaparecen.



¡Victoria por la Patria! ¡oh Dios! Victoria.

Triunfo á Colombia: y á BOLIVAR gloria.



Ya el ronco parche y el clarín sonoro

No á presagiar batalla y muerte suena,

Ni á enfurecer las almas: mas se estrena

En alentar el bullicioso coro

De vivas y patrióticas canciones.

Arden cien pinos: y á su luz las sombras

Huyeron, cual poco antes desbandadas

Huyeron de la Espada de Colombia

Las vandálicas huestes debeladas.



En torno de la lumbre,

El nombre de BOLIVAR repitiendo

Y las hazañas de tan claro día,

Los jefes, y la alegre muchedumbre

Consumen en acordes libaciones

De Baco y Ceres los celestes dones.



"Victoria, paz, clamaban,

Paz para siempre. Furia de la guerra,

Húndete al hondo averno derrocada.

Ya cesa el mal y el llanto de la tierra.

Paz para siempre. La sanguínea espada,

O cubierta de orín ignominioso,

O en útil arado transformada

Nuevas leyes dará. Las varias gentes

Del mundo, que á despecho de los cielos

Y del ignoto ponto proceloso,

Abrió á Colon su audacia ó su codicia,

Todas ya para siempre recobraron

En Junín libertad, gloria y reposo."



Gloria, mas no reposo; de repente

Clamó una voz de lo alto de los cielos

Y á los ecos los ecos por tres veces

Gloria, mas no reposo, respondieron.

El suelo tiembla; y cual fulgentes faros

De los Andes las cúspides ardieron.

Y de la noche el pavoroso manto

Se trasparenta, y rásgase, y el éter

Allá lejos purísimo aparece,

Y en rósea luz bañado resplandece.



Cuando improviso, veneranda Sombra

En faz serena y ademan augusto

Entre cándidas nubes se levanta.

Del hombro izquierdo nebuloso manto

Pende, y su diestra aéreo cetro rige:

Su mirar noble, pero no sañudo;

Y nieblas figuraban á su planta

Penacho, arco, carcax, flechas y escudo.

Una zona de estrellas

Glorificaba en derredor su frente

Y la borla imperial de ella pendiente.



Miró á Junín: y plácida sonrisa

Vagó sobre su faz. "Hijos, decía,

Generación del Sol afortunada,

Que con placer yo puedo llamar mía.

Yo soy Huayna Capac: soy el postrero

Del vástago sagrado: (14)

Dichoso Rey, mas padre desgraciado.

De esta mansión de paz y luz he visto

Correr las tres centurias

De maldición, de sangre y servidumbre:

Y el imperio regido por las Furias."



"No hay punto en estos valles y estos cerros

que no mande tristísimas memorias.

Torrentes mil de sangre se cruzaron

Aquí y allí: las tribus numerosas

Al ruido del cañón se disiparon:

Y los restos mortales de mi gente

Aun á las mismas rocas fecundaron.

Mas allá un hijo espira entre los hierros

De su sagrada majestad indignos... (15)

Un insolente y vil aventurero

Y un iracundo sacerdote fueron

De un poderoso Rey los asesinos...

¡Tantos horrores y maldades tantas

por el oro que hollaban nuestras plantas!"



"Y mi Huáscar también, (16),,¡Yo no vivía!

Que de vivir, lo juro, bastaría,

Sobrara á debelar la hidra española

Esta mi diestra triunfadora, sola."



Y nuestro suelo, que ama sobre todos

El Sol mi padre, en el estrago fiero

No fue, ¡oh dolor! Ni el solo, ni el primero.

Que mis caros hermanos

El gran Guatimozín y Motezuma

Conmigo el caso acerbo lamentaron

De su nefaria muerte y cautiverio,

Y la devastación del grande imperio,

En riqueza y poder igual al mío...

Hoy con noble desdén ambos recuerdan

El ultraje inaudito, y entre fiestas

Alevosas el dardo prevenido,

Y el lecho en vivas ascuas encendido."



"Guerra al Usurpador,- ¿Qué le debemos?

¿Luces, costumbres, religión ó leyes...?

¡Si ellos fueron estúpidos, viciosos,

Feroces, y por fin supersticiosos!

¿Qué religión? ¿la de Jesús? ...¡Blasfemos!

Sangre, plomo veloz, cadenas fueron

Los sacramentos santos que trajeron.

No estableció la suya con mas ruina

El mentido profeta de Medina.

¡Oh religión! ¡oh fuente pura y santa

De amor y de consuelo para el hombre!

¡Cuantos males se hicieron en tu nombre!

¿Y qué lazos de amor...? Por los oficios

De la hospitalidad mas generosa

Hierros nos dan: por gratitud, suplicios.

Todos, sí, todos: menos uno solo;

El mártir del amor americano:

De paz, de caridad apóstol santo;

Divino Casas, de otra patria digno. (17)

Nos amó hasta morir.- Por tanto ahora

En el empíreo entre los Incas mora."



"En tanto la hora inevitable vino

Que con diamante señalo el destino,

A la venganza y gloria de mi pueblo.

Y se alza el Vengador.- Desde otros mares

Como sonante tempestad se acerca:

Y fulminó. Y del Inca en la Peana, (18)

Que el tiempo y su poder furial profana,

Cual de un Dios irritado en los altares

Las víctimas cayeron á millares.

¡Oh campos de Junin! ....¡Oh predilecto

Hijo y Amigo y Vengador del Inca!

¡Oh pueblos, que formáis un pueblo solo

Y una familia, y todos sois mis hijos!

Vivid, triunfad...."



El inca esclarecido

Iba á seguir: mas de repente queda

En éxtasis profundo embebecido:

Atónito en el cielo

Ambos ojos inmóviles ponía,

Y en la improvisa inspiración absorto

La sombra de una estatua parecía.



Cobró la voz al fin. "Pueblos, decía,

La página fatal ante mis ojos

Desenvolvió el Destino, salpicada

Toda en purpúrea sangre; mas en torno

También en bello resplandor bañada.

jefe de mi nación, nobles Guerreros,

Oíd cuanto mi oráculo os previene,

Y requerid los inclitos aceros,

Y en vez de cantos nueva alarma suene:

Que en otros campos de inmortal memoria

La Patria os pide, y el destino os manda

Otro afán, nueva lid, mayor victoria."



Las legiones atónitas oían:

Mas luego que se anuncia otro combate,

Se alzan, arman, y al orden de batalla

Ufanas y prestísimas corrieran;

Y ya de acometer la voz esperan.



Reina el silencio. Mas de su alta nube

El Inca exclama. "De ese ardor es digna

La ardua lid que os espera;

Ardua, terrible, pero al fin postrera.

Ese adalid vencido (19)

Vuela en su fuga á mi sagrada Cuzco;

Y en su furia insensata

Gentes, armas, tesoros arrebata,

Y á nuevo azar entrega su fortuna.

Venganza, indignación, furor le inflaman,

Y allá en su pecho hierven como fuegos

Que de un volcán en las entrañas braman."



"Marcha: y el mismo campo donde ciegos

En sangrienta porfía (20)

Los primeros tiranos disputaron

Cual de ellos sol dominar debía,

Pues el poder y el oro dividido

Templar su ardiente fiebre no podía:

En ese campo, que á discordia ajena

Debió su infausto nombre, y la cadena

Que después arrastró todo el imperio;

Allí, no sin misterio

Venganza y gloria nos darán los Cielos.

¡Oh valle de Ayacucho bienhadado!

Campo serás de gloria y de venganza....

Mas no sin sangre... Yo me estremeciera,

Si mi ser inmortal no lo impidiera!"



"Allí BOLIVAR, en su heroica mente

Mayores pensamientos revolviendo,

El nuevo triunfo trazará, y haciendo

De su genio y poder un nuevo ensayo,

Al joven Sucre prestará su rayo. (21)

Al joven animoso,

A quien del Ecuador montes y ríos

Dos veces aclamaron victorioso.

Ya se verá en la frente del Guerrero

Toda el alma del Héroe reflejada,

Que él le quiso infundir de una mirada."



"Como torrentes desde la alta cumbre

Al valle en mil raudales despeñados,

Vendrán los hijos de la infanda Iberia,

Soberbios en su fiera muchedumbre,

Cuando á su encuentro volará impaciente

Tu juventud, Colombia belicosa,

Y la tuya ¡oh Perú! De fama ansiosa,

Y el caudillo impertérrito á su frente."



¡Atroz, horrendo choque, de azar lleno!

Cual aturde y espanta en su estallido

De hórrida tempestad el postrer trueno.

Arder en fuego el aire,

En humo y polvo oscurecerse el cielo,

Y con la sangre en que rebosa el suelo

Se verá el Apurimac de repente

Embravecer su rápida corriente."



"Mientras por sierras y hondos precipicios

A la hueste enemiga

El impaciente Córdova fatiga:

Córdova, á quien inflama

Fuego de edad, y amor de patria y fama;

Córdova, en cuyas sienes con bello arte

Crecen y se entrelazan

Tu mirto Venus, tus laureles Marte.

Con su Miller los Húsares recuerdan

El nombre de Junín: Vargas su nombre, (22)

Y Vencedor el suyo con su Lara

En cien hazañas cada cual mas clara."



"Allá por otra parte,

Sereno, pero siempre infatigable;

Terrible cual su nombre, batallando (23)

Se presenta La Mar: y se apresura

La tarda rota del protervo bando.

Era su antiguo voto, por la patria

Combatir y morir. Dios complacido

Combatir y vencer le ha concedido.

Mártir del pundonor, he aquí tu día.

Ya la calumnia impía

Bajo tu pie bramando confundida,

Te sonríe la PATRIA agradecida.

Y tu nombre glorioso,

Al armónico canto que resuena

En las floridas márgenes del Guayas,

Que por oírlo su corriente enfrena,

Se mezclará; y el pecho de tu amigo

Tus hazañas cantando y tu ventura

Palpitará de gozo y de ternura."



"Lo grande y peligroso

Hiela al cobarde, irrita al animoso.

¡Que intrepidez! Que súbito coraje

El brazo agita y en el pecho prende

Del que su patria y libertad defiende!

El menor resistir es nuevo ultraje.

El jinete impetuoso,

El fulmíneo arcabuz de sí arrojado,

Lánzase á tierra con el hierro en mano,

Pues le parece en trance tan dudoso

Lento el caballo, perezoso el plomo.

Crece el ardor.- Ya cede en toda parte

El número al valor, la fuerza al arte."



"Y el ibero arrogante en las memorias

De sus pasadas glorias,

Firme, feroz resiste: y ya en idea

Bajo triunfales arcos, que alzar debe

La sojuzgada Lima, se pasea.

Mas su afán, su ilusión, sus artes...nada.

Ni la resuelta y numerosa tropa

Le sirve. Cede el ímpetu tremendo:

Y el arma de Baylén rindió cayendo

El vencedor del vencedor de Europa.

Perdió el valor, mas no las iras pierde,

Y en furibunda rabia el polvo muerde.

Alza el párpado grave, y sanguinosos

Ruedan sus ojos y sus dientes crujen:

Mira la luz: se indigna d mirarla:

Acusa, insulta al cielo: y de sus labios

Cárdenos, espumosos,

Votos y negra sangre y hiel brotando,

En vano un vengador, muere, invocando."



¡Ah! Ya diviso míseras reliquias

Con todos sus caudillos humillados

Venir pidiendo paz. (24) Y generoso

En nombre de BOLIVAR y la Patria

No se la niega el Vencedor glorioso.

Y su triunfo sangriento,

Con el ramo feliz de paz corona.

Que si Patria y honor le arman la mano

Arde en venganza el pecho americano;

Y cuando vence, todo lo perdona.



"Las voces, el clamor de los que vencen,

Y de Quinó las ásperas montañas, (25)

Y los cóncavos senos de la tierra,

Y los ecos sin fin de la ardua tierra,

Todo repite sin cesar, Victoria."



"Y las bullentes linfas de Apurimac

A las fugaces linfas de Ucayale (26)

Se unen, y unidas llevan presurosas

En sonante murmullo y alba espuma,

Con palmas en las manos y coronas

Esta nueva feliz al Amazonas.

Y el espléndido rey al punto ordena

A sus delfines, ninfas y sirenas

Que en clamorosos plácidos cantares

Tan gran victoria anuncien á los mares.



"Salud, ó Vencedor. O Sucre, vence;

Y de nuevo Laurel orla tu frente.

Alta esperanza de tu insigne patria,

Como la palma al margen de un torrente

Crece tu nombre... Y sola, en este día

Tu gloria, sin BOLIVAR, brillaría.

Tal el astro de Venus refulgente

Brilla de modo en la Azulada esfera,

Que del nocturno cielo

Suyo el imperio sin la Luna fuera."

"Por las manos de Sucre la Victoria

Ciñe á BOLIVAR lauro inmarcesible.

O Triunfador, la palma de Ayacucho,

Fatiga eterna al bronce de la Fama,

Segunda vez Libertador te aclama.



"Esta es la hora feliz. Desde aquí empieza

La nueva edad al Inca prometida

De libertad, de paz y de grandeza.

Rompiste la cadena aborrecida;

La rebelde cerviz hispana hollaste:

Grande gloria alcanzaste;

Pero mayor te espera, si á mi Pueblo

Así cual á la guerra lo conformas,

Y á conquistar su libertad le empeñas;

La rara y ardua ciencia

De merecer la paz y vivir libre

Con voz y ejemplo y con poder le enseñas."



"Yo con riendas de seda regí al pueblo,

Y cual Padre le amé; mas no quisiera

Que el cetro de los Incas renaciera:

Que ya se vió algún Inca, que teniendo

El terrible poder todo en su mano

Comenzó padre, y acabó tirano.

Yo fui conquistador, ya me avergüenzo

Del glorioso y sangriento ministerio;

Pues un conquistador, el mas humano

Formar, mas no regir debe un imperio."



"Por no trillada senda, de la gloria

Al templo vuelas, inclito BOLIVAR.

Que ese poder tremendo que te fía (27)

De los Padres el íntegro senado,

Si otro tiempo perder á Roma pudo,

En tu potente mano

Es á Libertad del Pueblo escudo."



"O Libertad, el Héroe que podía

Ser el brazo de Marte sanguinario,

Ese es tu sacerdote mas celoso,

Y el primero que toma el incensario,

Y á tus aras se inclina silencioso.

O Libertad. Si al Pueblo Americano

La solemne misión ha dado el Cielo

De domeñar el monstruo de la guerra,

Y dilatar tu imperio soberano

Por las regiones todas de la tierra

Y por las ondas todas de los mares,

No temas, con este Héroe, que algún día

Eclipse el ciego error tus resplandores,

Superstición profane tus altares,

Ni que insulte tu ley la tiranía:

Ya tu imperio y tu culto son eternos.

Y cual restauras en su antigua gloria

Del santo y poderoso

Pacha-Camac el templo portentoso; (28)

Tiempo vendrá, mi oráculo no miente,

En que darás á pueblos destronados

Su majestad ingénita y su solio,

Animarás las ruinas de Cartago,

Relevarás en Grecia el Areopago,

Y en la humillada Roma el Capitolio."



"Tuya será, BOLIVAR, esta gloria;

Tuya romper el yugo de los reyes,

Y á su despecho entronizar las leyes;

Y la discordia en áspides cribada,

Por tu brazo en cien nudos aherrojada,

Ante los Haces santos confundidas

Harás temblar las armas parricidas. (29)



"Ya las hondas entrañas de la tierra

En la larga vena ofrecen el tesoro

Que en ellas guarda el Sol; y nuestros montes

Los valles regarán con lava de oro.

Y el Pueblo primogénito dichoso (30)

De Libertad, que sobre todos tanto

Por su poder y gloria se enaltece,

Como entre sus estrellas

La estrella de Virginia resplandece,

Nos da el ósculo santo

De amistad fraternal. Y las naciones

Del remoto hemisferio celebrado,

Al contemplar el vuelo arrebatado

De nuestras Musas y Artes,

Como iguales amigos nos saludan;

Con el tridente abriendo la carrera

La Reina de los mares la primera. (31)



"Será perpetua ó Pueblos, esta gloria

Y vuestra libertad incontrastable

Contra el poder y liga detestable

De todos los tiranos conjurados,

Si en lazo federal de polo á polo

En la guerra y la paz vivís unidos.

Vuestra fuerza es la unión. Unión, ó Pueblos,

Para ser libres y jamas vencidos.

Esta unión, este lazo poderoso

La gran cadena de los Andes sea, (32)

Que en fortísimo enlace se dilatan

Del uno al otro mar: Las tempestades

Del cielo ardiendo en fuego se arrebatan,

Erupciones volcánicas arrasan

Campos, pueblos, vastísimas regiones,

Y amenazan horrendas convulsiones

El globo destrozar desde el profundo:

Ellos empero firmes y serenos

Ven el estrago funeral del mundo.


"Esta es, BOLIVAR, aún mayor hazaña

Que destrozar el férreo cetro á España.

Y es digna de ti solo. En tanto triunfa....

Ya se alzan los magníficos trofeos.

Y tu nombre aclamado

Por las vecinas y remotas gentes

En lenguas, voces, metros diferentes,

Recorrerá la serie de los siglos

En las alas del canto arrebatado...

Y en medio del concento numeroso

La voz del Guayas crece

Y á las más resonantes enmudece."



"Tu la salud y honor de nuestro Pueblo

Serás viviendo, y Angel poderoso

Que lo proteja cuando

Tarde al empíreo el vuelo arrebatares,

Y entre los claros Incas

A la diestra de Manco te sentaras (33)



"Así place al destino. Oh! Ved al Cóndor

Al peruviano rey del pueblo aerio

A quien ya cede al águila el imperio,

Vedle cual desplegando en nuevas galas

Las espléndidas alas

Sublime á la región del Sol se eleva

Y el alto augurio que os revelo aprueba.



"Marchad, marchad Guerreros,

Y apresurad el día de la gloria;

Que en la fragosa margen de Apurímac

Con palmas os espera la Victoria." (*)



Dijo el Inca. Y las bóvedas etéreas

De par en par se abrieron,

En viva luz y resplandor brillaron

Y en celestiales cantos resonaron.-



Era el coro de cándidas Vestales;

Las vírgenes del Sol, que rodeando

Al Inca como á Sumo Sacerdote,

En gozo santo y ecos virginales

Entorno van cantando

Del Sol las alabanzas inmortales.



"Alma eterna del mundo,

Dios santo del Perú, Padre del Inca,

En tu giro fecundo

Gózate sin cesar, Luz bienhechora.

Viendo ya libre el pueblo que te adora.



La tiniebla de sangre y servidumbre

Que ofuscaba la lumbre

De tu radiante faz pura y serena

Se disipó, y en cantos se convierte

La querella de muerte

Y el ruido antiguo de servil cadena.



Aquí la Libertad buscó un asilo,

Amable peregrina;

Y ya lo encuentra plácido y tranquilo.

Y aquí poner la Diosa

Quiere su templo y ara milagrosa.

Aquí, olvidada de su cara Helvecia,

Se viene á consolar de la ruina

De los altares que le alzó la Grecia,

Y en todos sus oráculos proclama

Que al Madalen y al Rimac bullicioso (34)

Ya sobre el Tiber y el Eurotas ama.



O Padre, ó claro Sol, no desampares

Este suelo jamas, ni estos altares.



Tu vivífico ardor todos los seres

Anima y reproduce: por ti viven

Y acción, salud, placer, beldad reciben.

Tú al labrador despiertas,

Y á las aves canoras

En tus primeras horas:

Y son tuyos sus cantos matinales.

Por ti siente el guerrero

En amor patrio enardecida el alma,

Y al pie de tu ara rinde placentero

Su laurel y su palma:

Y tuyos son sus cánticos marciales.



Fecunda ó Sol, tu tierra;

Y los males repara de la guerra:



Da á nuestros campos frutos abundosos

Aunque niegues el brillo á los metales:

Da naves á los puertos:

Pueblos á los desiertos;

A las armas victoria;

Alas al genio y á las Musas gloria.

Dios del Perú, sostén, salva, conforta

El brazo que te venga:

No para nuevas lides sanguinosas,

Que miran con horror madres y esposas;

Sino para poner á olas civiles

Limites ciertos, y que en paz florezcan

De la alma Paz los dones soberanos;

Y arredre á sediciosos y á tiranos.

Brilla con nueva luz, Rey de los cielos,

Brilla con nueva luz en aquel día

Del triunfo que magnífica prepara

A su Libertador la patria mía.

¡Pompa digna del Inca y del imperio

Que hoy de su ruina á nuevo ser revive.



Abre tus puertas, opulenta Lima,

Abate tus murallas y recibe

Al noble triunfador que rodeado

De pueblos numerosos, y aclamado

Angel de la esperanza,

Y Genio de la paz y de la Gloria

En inefable majestad se avanza.

Las musas y las artes revolando

Entorno van del carro esplendoroso;

Y los pendones patrios vencedores

Al aire vago ondean, ostentando

Del Sol la imagen, de Iris los colores.

Y en ágil planta y en gentiles formas

Dando al viento el cabello desparcido

De flores matizado

Cual las horas del Sol raudas y bellas

Saltan en derredor lindas doncellas

En giro no estudiado;

Las glorias de su patria

En sus patrios cantares celebrando;

Y en sus pulidas manos levantando

Albos y tersos como el seno de ellas

Cien primorosos vasos de alabastro

Que espiran fragantisimos aromas,

Y de su centro se derrama y sube

Por los cerúleos ámbitos del cielo

De ondoso incienso trasparente nube.



Cierran la pompa espléndidos trofeos.

Y por delante en larga serie marchan

Humildes, confundidos

Los pueblos y los jefes ya vencidos.

Allá procede el Astur belicoso;

Allí va el Catalán infatigable;

Y el agreste Celtíbero indomable

Y el Cántabro feroz que á la romana

Cadena el cuello sujetó el postrero;

Y el Andaluz liviano,

Y el adusto y severo Castellano.

Ya el áureo Tajo cetro y nombre cede;

Y las que antes graciosas

Fueron honor del fabulosos suelo,

Ninfas del Tormes y el Genil, en duelo

Se esconden silenciosas:

Y el grande Betis viendo ya marchita

Su sacra oliva, menos orgulloso

Paga su antiguo feudo al mar undoso.



El sol suspenso en la mitad del cielo

Aplaudirá está pompa.- O sol, ó Padre,

Tu luz rompa y disipe

Las sombras del antiguo cautiverio;

Tu luz nos dé el imperio;

Tu luz la libertad nos restituya;

Tuya es la tierra, y la victoria es tuya."



Cesó el canto. Los cielos aplaudieron,

Y en plácido fulgor resplandecieron.

Todos quedan atónitos. Y en tanto

Tras la dorada nube el Inca santo,

Y las santas Vestales se escondieron.



* * * * *



Mas ¿cuál audacia te elevó á los cielos,

Humilde Musa mía? O! No reveles

A los mortales

En débil canto arcanos celestiales.

Y ciñan otros la apolínea rama

Y siéntense á la mesa de los dioses,

Y los arrulle la parlera fama

Que es la gloria y tormento de la vida.

Yo volveré á mi flauta conocida

Libre vagando por el bosque umbrío

De naranjos y opacos tamarindos,

O entre el rosal pintado y oloroso

Que matiza la margen de mi río,

O entre risueños campos do en pomposo

Trono piramidal y alta corona

La Piña ostenta el cetro de Pomona (35)

Y me diré feliz si mereciere,

Al colgar esta lira en que he cantado

En tono menos digno

La gloria y el destino

Del venturoso Pueblo americano:

Yo me diré feliz si mereciere

Por premio á mi osadía

Una mirada tierna de las Gracias,

Y el aprecio y amor de mis hermanos,

Una sonrisa de la Patria mía,

Y el odio y el furor de los tiranos.



Notas:

( 1 ) La tierra con su peso equilibrado,

Los físicos han procurado explicar el equilibrio que guarda la tierra á pesar de la diferencia de masas en sus dos hemisferios. ¿El enorme peso de los Andes no podrá ser uno de los datos para resolver este curioso problema de geografía física?

( 2 ) El caudaloso Guayas:

El río Guayaquil: en cuyas orillas se hacia esta composición. Se cree que tomó su nombre de Guayas, antiguo Régulo del país antes de la conquista.

( 3 ) O arrebata la palma á sus rivales.

Todos conocen las sublimes odas de Píndaro en honor de los vencedores en los juegos olímpicos. Su nombre es hoy mas célebre que el de los héroes que canta.

( 4 ) Que del Iris reflejan los colores

O la imagen del Sol en sus pendones, El pabellón de Colombia lleva los principales colores del Iris; el del Perú lleva un Sol en el centro.

( 5 ) Que su ímpetu mismo los perdiera!

El primer encuentro de nuestra caballería con la enemiga en el campo de JUNIN, nos fue sumamente desfavorable.

(6 ) Otra vez Vencedor, y otra cantado,

El general Necochea, natural del Río de la Plata, Venció en Chacabuco mandando los famosos granaderos de á caballo: y ha sido celebrado en el poema de AMERICA, de que se han publicado algunos fragmentos en la Biblioteca americana. La patria y la buena literatura ya culpan la tardanza de esta bellísima composición.

( 7 ) Y á tu ingrato destino acerbo llanto.

Cuando se escribía este poema todos creían que eran mortales las muchas heridas que NECOCHEA recibió en JUNIN. Hoy la patria se goza en poseer salvo á este ilustre defensor cubierto de honrosas cicatrices.

( 8 ) Y otro nombre conquista con sus hechos.

La caballería peruana mereció por las hazañas de este día que el Libertador le diese el nombre de Húsares de Junín.

( 9 ) ¿Son esos los garzones delicados

entre seda y aromas arrullados?

Hasta ahora se creía que en el Perú, especialmente los hijos de Lima eran poco hábiles para las artes y fatigas de la guerra; acaso porque se había dicho en Italia (quizá no sin verdad) que

La terra molle, lieta é dilettosa

Simili á se l´ abitator produce.

Pero nuestra juventud, desmintiendo la vulgar fama, se ha distinguido sobremanera en cuantos encuentros ha habido en los últimos cinco años. Tan cierto es que nadie puede decir de lo que es capaz el hombre antes de llegar el momento preciso de desenvolver sus dotes naturales, ocultos ó sofocados por las costumbres y vicios de cada clima, por la educación y por la política de los gobiernos.

( 10 ) Tal el joven Aquiles,

La madre de Aquiles para impedir que su hijo fuese á la guerra de Troya le envió disfrazado de mujer á la corte de la isla de Scyros. Allí prendado de la hija del rey, pasaba una vida digna de su disfraz, cuando Ulises acompañado de otros fingidos mercaderes le presentó una espada y otros adornos militares mal encubiertos entre varias y curiosas mercaderías extranjeras. Ulises espiaba el movimiento de Aquiles al ver las armas: lo reconoce, se descubre; y él joven de quien pendía el destino de la guerra, se avergüenza de su estado, y recobrando su sexo y su valor partió á Troya. Allí hizo tales prodigios combatiendo y triunfando, que parece que la naturaleza se vio como forzada á crear un genio como el de Homero para que le cantase.

( 11 ) Carvajal.... y Silva.....

Y Suarez.... y otros mil.....

No es dado hacer en el poema mención de todos los que se distinguieron en Junin. Bruix, Pringles, Lizarraga, Savvry, Blanco, Olavarría, Brawn, Medina, Allende, Camácaro, Escovar, Sandoval, Jimenez, Peraza, Segovia, Tapia, Lanza, &c. &c. Es muy sensible no poder insertar los nombres de todos los jefes, oficiales y aun soldados que combatieron en Junín. Este silencio forzoso seria mas sensible, si sus nombres para ser memorables necesitasen de mi canto.

( 12 ) Si la meónia Musa.

Homero fue hijo de Méon: también se cree que fue Natural de Meónia en el Asia menor.

( 13 ) Una hora mas de luz....

La acción de Junin empezó á las cinco de la tarde: la noche sobreviniendo tan pronto impidió la completa destrucción del ejército real.

( 14 ) Yo soy Huaina-Capac; soy el postrero

Del vástago sagrado.

Después de Huaina-Capac reinaron algunos Incas; pero él fue el último que poseyó íntegro el imperio. Los demás reinaron en un reino dividido, agitados siempre de guerras civiles, ó encadenados por los españoles. Estos por farsa solían coronar á los legítimos sucesores para llevar al cadalso una víctima que lisonjease mas su orgullo y su ferocidad.

( 15 ) Mas allá un hijo espira entre los hierros

De su sagrada majestad indignos.

El Inca Atahualpa hijo de Huaina-Capac murió en un cadalso por orden de Pizarro y consejo del padre Valverde que después fue Obispo en la misma corte en que habían reinado sus víctimas. El nombre de Atahualpa está desfigurado con el de Ataliba en varios poemas europeos. ¡Y ojalá que solo se desfigurasen los nombres! .... Algunos dramas por apartarse de la historia, ¡cuánto pierden de interés! Y cuántas lágrimas perdonan!

( 16 ) Y mi Huascar también....

El Inca Huascar hijo predilecto de Huaina-Capac no fue asesinado por los españoles; pero ellos dieron la causa de su muerte, pues sino hubiesen osado intervenir en los negocios de los hermanos reyes, las diferencias de estos habrían terminado de otro modo.

( 17 ) Divino Casas, de otra patria digno.

El nombre de Las Casas no puede recordarse sin enternecimiento por ningún americano á pesar del último extravío de su celo. ¡Cuando no se extraviaron las grandes pasiones! El nombre de Las Casas es muy venerado en América. España le trata de fanático y de impostor!!

( 18 ) Y del Inca en la Peana.

La peana del Inca era un edificio en que solía descansar cuando atravesaba el gran camino de la cordillera. Sus ruinas, o mas bien, los vestigios de sus ruinas están muy cerca del campo de Junín.

( 19 ) Ese adalid vencido

El jefe del ejército real, después de su derrota en Junín marchó precipitadamente al Cuzco para preparar una segunda acción, cortando los puentes del Apurimac. Esta operación detuvo al ejército libertador en la orilla izquierda del río. El general BOLIVAR entonces, dejando las disposiciones convenientes, volvió á Lima con el fin de levantar nuevas tropas para reabrir la campaña, pasada que fuese la rigurosa estación del invierno. En este intervalo los españoles reuniendo con una presteza admirable cuantas fuerzas tenían en el Cuzco y demás provincias, y arrebatando cuantos elementos de guerra útiles ó inútiles había en el país, repasaron inesperadamente el Apurimac, y se presentaron en Ayacucho con cerca de diez mil hombres, cuando nuestro ejército apenas excedía de cinco mil.

( 20 ) Y el mismo campo donde ciegos

En sangrienta porfía

En el campo de Ayacucho fue la célebre victoria que predice el Inca, y que fijó los destinos de la América. en el mismo lugar, al principio de la conquista, se disputaron los Almagros y Pizarros el dominio del Perú con tal encarnizamiento, que por la mortandad de unos y otros se llamó el campo de Aya-cucho que se interpreta Rincón de Muertos. Habiendo recaído la suma del imperio en uno solo, se aceleró la conquista de todo el país.

( 21 ) Al joven Sucre prestará su rayo.

Sucre fue nombrado por el Libertador general en jefe del ejército – unido y mandó la acción de Ayacucho. En los años 1821 y 22, ganó dos acciones contra los españoles; una á orillas del Yaguachi, tributario del Guayaquil, y otra en las faldas del Pichincha.

( 22 ) ....Várgas su nombre

Y Vencedor el suyo...

No es posible hacer mención de todos los Cuerpos que se batieron y triunfaron en Ayacucho... Bogotá, Voltijeros, Pichincha, Riffes y Carácas; los batallones 1,2 y 3 del Perú, la Legión Peruana, los Granaderos, los Usares de Colombia y los de Junín, todos se distinguieron sobre manera.

( 23 ) Terrible cual su nombre, batallando

Se presenta La – Mar.

El general La – Mar es natural de Guayaquil; mando bizarramente el ala izquierda del ejército, que fue la que sufrió el mas terrible choque de la fuerza enemiga y decidió la victoria. Desde muy joven fue enviado á la Península por su familia, á seguir la carrera militar, y se distinguió después en la guerra que España sostuvo tan gloriosamente contra los franceses de Napoleon. Volvió á América nombrado inspector general del Perú; y los jefes españoles le dejaron al mando de la plaza del Callao, cuando por primera vez abandonaron Lima al acercarse el valiente y astuto general San Martín. Esta fue la situación mas difícil para un hombre como La –Mar, que de muy antiguo abrigaba sentimientos americanos, y que se veía entonces obligado á sofocar por cumplir severamente las leyes del honor. Pero en esta misma época fue cuando los patriotas presos en el castillo, conocieron el corazón de este virtuoso americano.

Disueltos al fin honradamente los lazos que tenia con España, llegó á tal punto la opinión pública á su favor, que pocos meses después de la capitulación de Callao, fue elegido unánimemente por el primer Congreso del Perú, Presidente del gobierno. Entonces fue cuando los enemigos de La – Mar, es decir, los enemigos del orden y del bien público, conspiraron contra él y divulgaron que tenia comunicaciones con los jefes del ejército real. Pero el campo de Ayacucho ha hecho ver cuales eran las comunicaciones que La – Mar quería tener con los enemigos de su Patria. Y el tiempo, descorriendo el velo á todos los sucesos, ha descubierto también quienes eran los falsos patriotas; quienes los que si desearon un tiempo que su patria fuese libre, fue con el voto condicional de mandarla ellos; quienes los que usurparon un poder que los moderados renunciaban; quienes en fin los que mandando su patria la tiranizaron, y después de tiranizada la vendieron. Goza de este triunfo, superior á la gloria militar de que te has cubierto, ¡ó tierno amigo mío,Oh magnae spes altera Romae!

( 24 ) Con todos sus caudillos humillados

Venir pidiendo paz.

Quince generales españoles, que eran todos los que había en el Perú, reunidos por una feliz casualidad en Ayacucho para hacer mas gloriosa esta jornada, se rindieron y capitularon en el campo.- Todos con toda su fortuna han vuelto ya a su patria. La capitulación fue pedida y otorgada después de la derrota del grueso del ejército real, y cuando solo quedaba por batir un cuerpo de reserva de poca consideración. Parece que nada falta á esta conducta para ser característico de un pueblo.

25 ) Y de Quinó las ásperas montañas,

El pueblo de Quinó ó Quinoa está cercano al campo de Ayacucho.

( 26 ) A las fugaces linfas de Ucayale

El apurimac después de un largo curso entra en el caudaloso Ucayale, que desemboca en el famoso río de las Amazonas.

( 27 ) Que ese poder tremendo.

En el mayor conflicto de la república, el general Bolívar fue nombrado Dictador por el Congreso del Perú.

( 28 ) Del santo y poderoso

Pacha – camac el templo portentoso;

Pacha – camac era una divinidad invisible, cuya Imagen era el Sol. Este nombre se compone de Pacha universo, y de camac participio del verbo cama animar; y significa en la lengua de los Incas, Animador del universo. Era tenido en gran Veneración, y el pueblo no osaba pronunciar su nombre. Su culto era interior, y no tenia mas templo que el corazón de los hombres. Cuando aquí se cita el templo del gran Pacha – camac, se entiende el templo del Sol, bajo cuya magnifica imagen aquel era adorado.- ¡Cuantos pueblos que se jactan de su antigua civilización no han alcanzado estos bellos principios de teología natural!

( 29 ) Ante los Haces santos

Las fasces en las antiguas repúblicas eran la principal insignia de las magistraturas civiles.

( 30 ) Y el Pueblo primogénito dichoso

De Libertad

Nuestros hermanos del Norte han sido los primeros en reconocer la independencia de los Pueblos del Sur, á la que los excitaron con su ejemplo y ayudaron con su amistad. El pabellón de la República lleva tantas estrellas como son los Estados de la Unión. El Estado de Virginia tiene sobre todos la gloria de ser la patria de Washington.

( 31) La Reina de los mares la primera.

La magnánima Inglaterra ha sido la primera de las naciones europeas que ha reconocido los nuevos estados Americanos. Su amistad en la paz nos será tan provechosa como nos fue en la guerra su amigable neutralidad.

( 32 ) La gran cadena de los Andes sea,

Se quiere expresar con esta comparación el deseo de que los pueblos de América por sus relaciones y lazos fraternales sean siempre como uno solo. En este sentido el Inca cuando en su vaticinio habla de su pueblo, de su imperio, quiere comprender todos los pueblos que están unidos y en lazados por la cadena de los Andes.

( 33 ) A la diestra de Manco te sentares.

Manco – Capac fue el primer Inca, el primer legislador del Perú, descendiente del cielo, y venerado siempre como una divinidad.

( 34 ) Que al Madalen y al Rimac bullicioso

Ya sobre el Tiber y el Eurótas ama.

El río Magdalena corre al mar por las cercanías de Bogotá, como el Eurótas por las cercanías de Esparta. El Rimac atraviesa á Lima como el Tiber á Roma.

( 35) La Piña ostenta el cetro de Pomona.

Esta descripción alude a la forma de la planta que produce la piña. Este precioso fruto es conocido en Europa con el nombre de Ananas. La Piña es sobre todas las frutas de la tierra como la piña americana por su fragancia, sabor y virtudes medicinales es sobre la europea; y como la piña del Guayas es sobre todas las demás de los diferentes climas de América.

( * ) Con palmas os espera la Victoria.

Aquí concluye el vaticinio del Inca, que será acaso censurado por su demasiada extensión: y no sin justicia. Pero ¿no se perdonará á un Inca que antes de pronunciar el gran oráculo, objeto de una aparición, exhale algunas quejas al ver por la primera vez los lugares que fueron el teatro de los horrores de la conquista? No se perdonará a un buen padre y a un buen rey lamentar antes de todo la suerte de sus hijos y de su pueblo? No se perdonará a un guerrero alentar el valor de las tropas con el recuerdo de agravios pasados, aunque sean sucesos muy conocidos de la historia de su país? No se perdonará a un anciano el ser prolijo en sus discursos, y a un sabio de edad el no perder ocasión de dar consejos a los hombres? No se perderá, en fin, a un sacerdote prolongar un tanto la expectación del pueblo al anunciar los oráculos del cielo?

Los oráculos comúnmente eran breves y sentenciosos. Es verdad: pero la victoria de Ayacucho es de la mayor importancia como que ha fijado los destinos del pueblo americano; y no estaría bien cantada sino se celebrasen todas las circunstancias que la hacen memorable. Además, esa misma prolijidad de circunstancia da mayores apariencias de verdad a la predicción. Por esto se ha recogido un profeta inspirado que lo prevea todo, un anciano que no omita nada de cuanto prevé, y un Inca que mire con interés cuanto contribuya a la gloria del imperio.- Por otra parte la mención que hace de todos los jefes que debían distinguirse en Ayacucho sirve de nuevo estimulo a su valor ya que por la anticipada alabanza de sus proezas, ya por la segura esperanza de la victoria.

Se dirá en fin que el Inca de este canto sabe mas de lo que pudo saber en su tiempo.- Pero ese era un Inca dotado de espíritu profético, y que según las antiguas tradiciones predijo la invasión española, el establecimiento de una nueva religión y el hado del imperio. Sobre todo no debe extrañarse que tenga ideas justas de religión, de legislación y ciencias del siglo quien habita las regiones de luz y de verdad.

lunes, 4 de agosto de 2008

La Batalla que se Ganó sin Ningún Disparo, Junin, 6 de Agosto de 1824

La batalla de Junín, fue uno de los ultimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realista e independentista, en el proceso de la independencia del Perú, y que significo el principio del fin del virreinato peruano.

La batalla se desarrolló en la pampa de Junín, el 6 de agosto de 1824; que con la victoria del ejército independentistas, aumentó la moral de las tropas.

Cuando San Martín dejo el Perú; Simón Bolívar, el Libertador y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de emancipación del Perú.

En el año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Mientras que Bolívar tenía en su ejército más de 8.000 hombres, número similar al del ejercito realista.

Las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú; debido a la sublevación del General Realista Olañeta en el Alto Perú, la cual fracturó la defensa del virreinato, y obligó al Virrey La Serna a mandar sobre el Alto Perú una parte importante de sus ejércitos al mando de Jerónimo Valdez, que constaba de unos 5.000 soldados regulares que tenían su base en Puno.

Bolívar conociendo esta ventaja aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824 enfila su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias fuerzas Realistas del general José de Canterac situadas en el norte.

El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército en el llano de Rancas, y terminó con estas magistral discurso:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud. ¡Soldados! Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las vuestras que han brillado en mil combates. ¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal os contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿La burlaréis? No. No. Vosotros sois invencibles.
El 6 de agosto Canterac marchaba apresuradamente alrededor del lago de Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a una elevación pudieron observar al ejército realista en retirada acercándose a la llanura de Junín.

Sin perder tiempo Bolívar le ordeno a 900 jinetes de la caballería indendentista para intentar detener a los realistas mientras la infantería los alcanzaba. Viendo esto Canterac le ordenó a caballería realista que ataque a la caballería enemiga.


Aunque el terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas por un espacio angosto entre un cerro y un pantano.

A la cabeza de la caballería iba el regimiento de Granaderos de Colombia que era comandado por Felipe Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los Andes al mando de Bruix, el de Coraceros del Perú del comandante Suárez, y el regimiento de Húsares de Colombia del coronel Silva.

Mientras la caballería independentista salía del trecho por el que venía y comenzaba a formarse en la pampa fue atacada por la caballería realista antes de que todas las unidades independentistas lo hubiesen logrado.

Miller al no poder flanquear por la derecha como le fue ordenado se vio obligado a cargar de frente.

Braun y Sandoval con varias compañías del Granaderos de Colombia rompieron con su primera carga la izquierda realista y empezaron a atacar la retaguardia de la izquierda realista.

En esos momentos el resto de los Granaderos y Húsares colombianos se retiraron perseguidos por los realistas y volvieron caras para atacar a la caballería realista que los perseguía.

Miller se retiro y ejecuto la táctica de fingir la retirada tras lo cual volvió y ataco la caballería realista que lo seguía mientras que el escuadrón de Suarez hacia lo mismo por detrás de sus perseguidores.

Arrojados los realistas a la llanura la caballería independentista cargo contra los jinetes realistas quienes se habían dividido en grupos.

Bolívar mando a llamar varias compañías de granaderos, pero para cuando llegaron la lucha había terminado. La batalla fue encarnizada. El combate se libró solamente con el sable y la lanza sin registrarse ningún disparo.

El ejército Unido obtuvo una importante victoria. El resultado de esta batalla, fue de 248 muertos y heridos y 80 prisioneros para el bando realista y de 143 soldados muertos y heridos entre los independentistas. De ese total, 64 soldados pertenecían al regimiento Húsares del Perú.

En reconocimiento a la brillante acción de la caballería peruana, a partir de entonces, el general Bolívar le cambió el nombre de Húsares del Perú por el de Regimiento Húsares de Junín.

Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura de 4.100 metros sobre el nivel del mar.

Con el triunfo en la Pampa de Junín la victoria completa ya estaba a las puertas.

miércoles, 30 de julio de 2008

Los Gloriosos Husares de Junin

El Regimiento de Caballería "Glorioso Húsares de Junín" N° 1" - Libertador del Perú, es la guardia montada del Presidente de la República del Perú y de su residencia, que es la Casa de Pizarro. Su sede está en el Cuartel "Barbones", antiguo cuartel del Regimiento de Caballería "Mariscal Nieto" Dragones de la Escolta del Presidente de la República del Perú, en el Cercado de Lima.

La Caballería de la "Legión Peruana de la Guardia" se organizó sobre la base del Escuadrón "Húsares de la Escolta del General" (ex Escuadrón de Cazadores a Caballo de los Andes), unidad que se había distinguido en la Campaña Libertadora de Chile. Dicho escuadrón fue uno de los primeros en ingresar a Lima el 6 de julio de 1821 y el que acompañó a la comitiva oficial el día de la Proclamación de la independencia del Perú. Luego fue anexado a las tropas que sitiaban el Real Felipe, hasta septiembre de ese año en que capitularon sus defensores.

A esta caballería el Generalísimo Don José de San Martín, el 18 de agosto de 1821, le daría el nombre de "Escuadrón de Húsares de la Legión Peruana de la Guardia" al mando de Guillermo Miller, la cual formaría parte del Ejército Peruano que debía mantener al Perú independiente del dominio de España.

La Legión Peruana de la Guardia fue creada por Decreto Protectoral del 18 de agosto de 1821 y estaba compuesta por:

* Un batallón de infantería compuesto por seis compañías
* Dos escuadrones de caballería ligera
* Una Compañía de artillería volante

En 1822, estos escuadrones se convirtieron en el Regimiento de Caballería "Húsares de la Legión Peruana de la Guardia" con cuatro escuadrones. El cuarto escuadrón de esta unidad se organizó en Trujillo a órdenes del coronel EP Antonio Gutiérrez de la Fuente. Este escuadrón en 1823 dio origen al Regimiento "Coraceros", que en 1824 se convirtió en "Húsares del Perú" y tomó parte en las batallas de Junín y Ayacucho.

En octubre de 1822, al segundo escuadrón del Regimiento de Caballería "Húsares de la Legión Peruana de la Guardia" se le envió a Chincha Alta para realizar un reconocimiento. Hasta allí había llegado el ejército realista, al mando del Mariscal Rodil. Las tropas se enfrentaron y fue para los "Húsares" la oportunidad para que mostraran todo su valor.

En la batalla de Junín, los escuadrones de "Húsares del Perú" tuvieron una descollante participación, gracias a la sagacidad del sargento mayor Andrés Rázuri, quien apreciando la magnífica oportunidad de caer sobre el flanco y retaguardia del enemigo, cambió deliberadamente la orden de "retirada" por la de "ataque".

Así la caballería peruana cargó sobre los realistas y en una acción resuelta y sorpresiva, transformaron la hasta entonces derrota, en victoria. Por esta notable acción, Simón Bolívar, cambió el nombre al Regimiento "Húsares del Perú" por el de Regimiento "Húsares de Junín".

El 9 de diciembre de 1824, el Regimiento "Húsares de Junín" destacó por su bravura en la batalla de Ayacucho, lo que le mereció llevar en su bandera de guerra la inscripción "Libertador del Perú" conforme al decreto fechado en Lima, el 27 de diciembre de 1824, siendo el nombre actual de la unidad: Regimiento de Caballería "Glorioso Húsares de Junín" Nº 1 - Libertador del Perú.

En febrero de 1987 el Presidente Alan García, ordena que se le dé "carácter peruanista" a su guardia personal que vestía un elegante atuendo de inspiración francesa y que el consideraba livianamente "igual" al usado por los Dragones de la Guardia Republicana de Francia. Para ello, escoge al RC "Glorioso Húsares de Junín" Nº 1 como "escolta presidencial".

En el uniforme de los Húsares de Junín, el dormán con alamares (sin las charreteras) lleva 33 botones que simbolizan las 33 victorias seguidas de Napoleón Bonaparte.

Esta unidad desde su creación nunca ha sido desactivada y ha estado presente en los acontecimientos más importantes de la historia nacional peruana. Debido a su trascendencia histórica fue designada para estar presente en la reincorporación de Tacna al territorio del Perú el 28 de agosto de 1929.


Fuente: Wikipedia

martes, 29 de julio de 2008

La Celebración del Centenario de la Independencia del Perú

Estando a tan pocos años de celebrar el Bicentenario de nuestra independencia es bueno recordar como se celebró el Centenario.

La conmemoración del Primer Centenario de la Independencia en 1921, fue utilizado por Leguía como un medio de propaganda política en el país y el extranjero.

Sin embargo, fue un gran acontecimiento que despertó un gran interés y se celebró con el mayor despliegue posible.


Leguía supervisó personalmente los detalles de este notable acontecimiento. Su idea era hacer converger en Lima a representantes de todo el continente americano y de selectos países europeos.

Fueron invitados, en primer lugar, Estados Unidos (que era el aliado principal del Perú en ese momento), y también los vecinos "conflictivos" como Brasil, Ecuador, Bolivia y Colombia. Chile no fue invitado ya que aún no se había realizado el plebiscito de Tacna y Arica.

Finalmente confirmaron su asistencia 16 embajadas y 13 misiones especiales de todo el mundo.

Jorge Basadre en el Capítulo 3 del Volúmen 14 del su obra monumental: "Historia de la República del Perú" nos relata las actividades que se desarrollaron durante las celebraciones del Centenario de la proclamación de la Independencia nacional en julio de 1921.

Entre ellas destacan algunas que sintonizan con el espíritu moderno de la época: monumentos, medallas y estampillas conmemorativas, banquetes, discursos, desfiles militares, museos y exposiciones o ferias industriales. Asimismo, se percibe que están predominantemente dirigidas al concierto internacional, de ahí que sea importante el arribo de delegaciones extranjeras y tengan alta valoración los regalos otorgados por las comunidades de inmigrantes extranjeros.

Entre los monumentos que se inauguraron estuvo la estatua a San martín, colocada en la ciudad de Pisco y otro monumento de San Martín en la Plaza que lleva su nombre en la capital. Entre las celebraciones en torno a los monumentos de otros personajes fundamentales de la Independencia estuvo el desfile de honor ante la estatua de Bolívar.

La Orden del Sol instaurada por José de San Martín en los albores republicanos fue restablecida. Asimismo, se confeccionó una medalla conmemorativa denominada «Medalla del Primer Centenario de la Independencia Nacional». Nótese lo simbólico y también el impacto que genera en la sociedad la decisión de este tipo de medidas. Efectivamente, cuando se individualiza el reconocimiento –a través de la entrega de una medalla- se está en pos de cumplir dos objetivos muy precisos. Así, a través de esta práctica, tenemos que por un lado se está conformando una nueva elite; y por otro lado, se está consolidando un grupo nuevo. En el caso particular de este período, tengo la impresión que se trata de esta segunda posibilidad, pues uno de los que fueron objeto de reconocimiento público –a través de la medalla conmemorativa- fue el propio Augusto B. Leguía.

La exposición industrial y la apertura del Museo Bolivariano, fueron dos actos que muestran el diálogo que se busca establecer entre el período fundacional y el período del centenario. En efecto, la exposición industrial es una ocasión en la cual los países que participan exhiben lo que consideraran más representativo de su condición moderna. Así, exponen aquello que han producido en términos de invenciones, tecnología y maquinarias para demostrar el nivel de desarrollo al que han legado. Mientras que el museo es asumido por los estudiosos, con la función de mausoleo, en el sentido de contener aquello del pasado que adquiere significado particular para el presente. Es decir, que juega un papel muy importante en la construcción de la memoria colectiva.

Los regalos recibidos por las colonias extranjeras también tenían esa vocación por lo moderno y lo simbólico: de Alemania la torre de reloj ubicada en el parque Universitario, de España un Arco de triunfo a ser colocado en la Av. Wilson, de Gran Bretaña provino el estadio, de los japoneses el monumento a Manco Capac, de los chinos una fuente de agua, de los norteamericanos bibliotecas. El tiempo, el triunfo, el deporte, lo Inca, el control sobre una fuerza natural como cs el agua y el conocimiento son valores y símbolos que
comparten tanto los peruanos como las colonias establecidas en el territorio.


Recordemos ese día glorioso que fue el centenario de nuestra independencia en este día de la patria.

San Martín y Bolívar: dos ideas distintas para América

San Martin y Bolivar en Guayaquil

Encontré esté artículo en el diario en linea La Nación de Argentina, es un artículo que trata de uno de los secretos siempre vigentes, el de la entrevista de San Martin y Bolivar en Guayaquil.

Cuando aquel 26 de julio de 1822 San Martín llegó al palacio de Guayaquil para el diálogo decisivo con Bolívar, ya había perdido sus ilusiones sobre el destino de América latina y tenía juicio formado sobre el militarismo heroico y vacuo del Libertador. En efecto, la violencia militar puede liquidar un orden establecido, pero no crearlo. Y éste es el punto crucial al que había llegado San Martín en su experiencia extrema de retorno a esa América de su primera infancia.

Había vivido hasta los 3 años en el paraíso subtropical de Yapeyú, sobre el Uruguay –el río de los pájaros–, y hasta los 7 en ese aldeón melancólico llamado Buenos Aires. Sus padres fueron trasladados a España y desde los 11 años su familia sería el ejército real durante 20 años de guerras, desde el norte de Africa hasta las batallas ganadas contra la invasión napoleónica.

Gozaba del mejor concepto y del rango de coronel. ¿Qué lo había decidido a enrolarse en la aventura de la independencia y volver sus armas contra su juramento? No era hombre de evocaciones ni de nostalgias. Tal vez tenía algunas imágenes de paraíso perdido: la ternura de su madre, los tucanes chocando sus picos en un rito de amor, la temida leyenda del yaguareté-í, la placidez cósmica del gran río.

España moría como imperio y tal vez San Martín ya no soportaba la decadencia y la corrupción del ocaso de Fernando VII.

San Martín había llegado a Guayaquil en el bergantín Macedonia. Bolívar le mandó a sus edecanes en traje de gran parada. A caballo recibió el homenaje de coraceros; entre centenares de banderas colombianas (Bolívar se había anexado Guayaquil en forma inconsulta), alcanzó el palacio donde el libertador lo estaba esperando.

Desde allí, ambos saludaron a la multitud. Eran dos hombres muy opuestos. Bolívar se movía con gestos rápidos y nerviosos; por momentos se erguía muy estirado, como suelen hacerlo los que tienen una estatura inferior a la media. Asumía con sublimidad de senador romano su figura de dimensión histórica.

Arando en el mar

Dominaba con generosidad y soltura toda circunstancia pública. Hablaba con energía y precisión. Se había formado en la riqueza. Conocía los clásicos y las vanguardias europeas. Se sentía ungido para una misión y estaba en el cenit de sus éxitos. Amaba los caballos, los libros, los dioses grecolatinos, la grandeza, las mujeres, las ideas liberales y republicanas de la Ilustración. Su amante incomparable era Manuela Sanz, vestida con uniforme de húsar, chaqueta roja y doble hilera de botones dorados. Cabellera negra derramada hasta enredarse en las charreteras color oro.

San Martín era circunspecto, poco sonriente. Adusto como el mismo Escorial. Llegaba a ese encuentro sin esperanza de cambiar su destino. Sentía seguramente que sería un milagro que Bolívar pudiese compartir un tema opuesto por completo a la visión del triunfo militar que lo exaltaba como estratego genial. San Martín había dejado todo preparado para regresar inmediatamente a Perú y reembarcarse hacia Chile.

Bolívar hacía de todo fasto una fiesta. Convocó a las familias distinguidas y al cabildo de Guayaquil a rendir homenaje al héroe sureño. San Martín la debe de haber pasado muy mal cuando Carmen Garaycoa, la adolescente hija de una amante del libertador, se acercó a él como una vestal griega y le colocó una corona de laureles y oro.

Desconcertado, se la quitó y se la devolvió a la niña murmurando que no merecía semejante homenaje. Luego, los héroes dialogaron a solas durante el almuerzo y al día siguiente se reunieron cuatro horas que serían para siempre famosas para nuestra historia.

Desde ese día en Guayaquil faltaban ocho años para la muerte trágica de Bolívar. San Martín, como un ángel premonitor, de algún modo le adelantó la frase que el libertador pronunciaría como un triste reconocimiento al expirar: "Hemos arado en el mar".

Apenas un desierto

Los historiadores no se detuvieron en el tema menor del comando para las batallas finales y del consiguiente renunciamiento. No fue el tema: Bolívar estaba ya claramente establecido en la primacía del poder continental y San Martín se había desprestigiado ante sus oficiales al no ordenar a Arenales la destrucción del ejército español cuando abandonaba Lima rumbo a las sierras.

Esa extraña orden, nacida del espíritu e ideología de Punchauca, prolongaría la guerra tres años, hasta la batalla final de Junín y Ayacucho, ya retirado el libertador argentino. ¿Qué visión trastornaba a San Martín?

Sabía que araban en el mar. Consolidaban una independencia sin contenido. Un grupo de militares, clérigos, abogados y propietarios asumían en nombre de la democracia el gobierno de repúblicas vacías.

La violencia de caudillos, señores de la guerra y explotadores era más grave que la placidez de la colonia española en ese siglo de decadencia final. No se podía hacer nada vital con esos pueblos anonadados.

El, Belgrano y muchos otros habían mitificado al Incario en el Congreso de Tucumán. América era un desierto apenas poblado por entes vaciados que miraban pasar las tropas de sus libertadores con total indiferencia, esperando que se asentase de una buena vez el polvo alimentado por los cascos.

¿Para qué querían la independencia si no podían reencontrar los dioses que les habían matado? El teocidio fue la clave del genocidio de la conquista.

Para San Martín todo era una desilusión. Esos pueblos vivirían muchas décadas de desastres. Quedaban enfrentados a la nada y a la anarquía.

Como la Argentina, todos nuestros pueblos serían envilecidos en guerras civiles y en el triunfo de caudillos efímeros. Quedarían cortados del mundo de los países centrales sin alternativas culturales eficientes.

Cortados del mundo de la civilización occidental, volveríamos a ser meros desiertos en los confines.

Leguas vacías, alguna posta entre espinillos, jaurías de perros cimarrones y la bendición de alguna torre caleada de campanario señalando la ciudad, con su señoría ignorante y con todo el tedio de la incultura de los universos marginales.

Había que conseguir la independencia, pero organizando monarquías constitucionales con príncipes españoles y europeos para quedar vinculados vitalmente con la cultura y con el progreso del siglo.

Reunión en Punchauca

Esta convicción nacida de sus cabalgatas americanas se transformó en obsesión y fue el tema de la reunión de Punchauca, un año antes de ese encuentro en Guayaquil, cuando el 2 de junio de 1821 se reunió con el virrey de Perú, en plena guerra y antes de la caída de Lima.

El general Mitre, que consideró una entelequia el plan de San Martín, destacó la reunión de Punchauca como el paso político más trascendental en la vida del Libertador.

San Martín puso como base el reconocimiento de la independencia de Perú por parte de España. Se entronizaría a un príncipe español como monarca constitucional. Se nombraría un consejo de regencia hasta la llegada de aquel príncipe.

El virrey y San Martín podrían viajar para presentar el tema ante la Corte de España. Cesaría el sistema colonial y entrarían en el siglo de los ideales liberales afirmando la realidad cultural occidental. El virrey y sus generales liberales exultaron con el plan.

Hubo brindis, exaltados. La penosa guerra y las matanzas concluirían en una renovación de progreso mutuo basado en la cultura común.

Lo que aceptaron el virrey y sus generales fracasó en los pasillos de Madrid, donde los burócratas pensaban que podían todavía reconstruir el imperio de Felipe II.

San Martín entró en Lima poco después.

El Libertador jugó su última carta ante Bolívar en Guayaquil. Pero para entonces Bolívar ya pensaba en la monocracia vitalicia. Expresó que no admitiría que vinieran Borbones, Austrias ni ninguna otra dinastía europea diferente de nuestra masa.

En cuanto a España, afirmaba que no bastaba romper con España, sino que "era indispensable también romper con todas sus tradiciones de gobierno y administración, y entre ellas con la tradición monárquica".

Todo estaba dicho, y brutalmente dicho. El general San Martín le diría a su yerno Balcarce: "Bolívar me trató con grosería".

Terminada la reunión, hubo una espléndida cena con baile. El hombre de perfil de senador romano del acto de la mañana se movía feliz bailando incansablemente entre mujeres bellas y oficiales con sus entorchados.

San Martín se apartó sigilosamente y dijo a Guido: "No puedo soportar este bullicio, nos vamos ".

Y se embarcó en el Macedonia, hacia Perú, para renunciar a todos sus cargos y emprender después el largo exilio, mientras la anarquía dominaba el continente.

Nadie había comprendido lo que culturalmente se consolidaría como realidad un siglo más tarde.

Por Abel Posse
Para LA NACION

El autor es novelista y miembro del Instituto Sanmartiniano de Perú.