miércoles, 23 de julio de 2008

Los Vanos Intentos de Reformar Nuestro Glorioso Himno Nacional Durante la Era Republicana


En este artículo veremos los intentos que se hicieron de cambiar nuestro glorioso himno durante la era republicana de nuestro país.

Diversas publicaciones del himno fueron operando sutiles modificaciones en la letra y la música, que es restaurada y nuevamente arreglada por Claudio Rebagliati en 1869 a pedido de José Bernardo Alcedo.

Claudio Rebagliati Ricaldoni fue un compositor y violinista italiano que llegó a Lima en una gira de conciertos, y que se quedo viviendo en el Perú hasta el día de su muerte. Su vinculación y aporte en la historia de la música peruana fue grande. Se máximo logro fue que restauró, armonizó y orquestó la actual versión del Himno Nacional del Perú.

En 1874 se presentó una solicitud en la que se pidió la convocatoria a un concurso para reformar la letra del Himno Nacional, en vista de las sucesivas versiones que circulaban, además de los pequeños defectos que le encontraban.

Dicha iniciativa, aún cuando fue aprobada, no prosperó, debido al rechazo que generó en la opinión pública por el arraigo y el reconocimiento que el tiempo le había dado, haciendo de ella una tradición ya consolidada.

En 1901 hubo un nuevo intento reformista, esta vez, aprobado por el gobierno de Eduardo López de Romaña, quien fue el primer presidente de lo que se llamó "La República Aristocrática".

Luego de aprobar la música del Himno restaurada por Claudio Rebagliati, dispuso que se convocara a un concurso para elegir una nueva letra por considerar la original de José de la Torre Ugarte, como agresiva hacia España, teniendo en cuenta que en aquellos tiempos las relaciones entre ambos países eran cordiales.

Dicho concurso lo ganó nuestro gran poeta José Santos Chocano, cuyas estrofas con el mismo coro llegaron a cantarse en las escuelas publicas y se publicaron en los cancioneros populares.

Las estrofas del poeta limeño eran:

I

Si Bolívar salvó los abismos
San Martín coronó la altitud;
y en la historia de América se unen
como se unen arrojo y virtud.
Por su emblema sagrado la Patria
tendrá siempre, en altares de luz
cual si fuesen dos rayos de gloria,
dos espadas formando una cruz

II

Evoquemos a aquellos que un día
nos legaron eterna lección;
y ensalcemos, no en vanas palabras
sino en hechos, la Paz y la Unión.
¡Trabajemos! Las manos sangrientas
se depuran en esa labor;
¡que la guerra es el filo que corta,
y el trabajo es el nudo de amor!

III

El trabajo nos ciñe laureles,
si la lucha nos dio libertad.
¡Trabajemos! ¡Abramos la tierra,
como se abre a la luz la verdad;
arranquemos el oro a las minas;
transformemos la selva en hogar;
redimamos el hierro en la industria
y poblemos de naves el mar!

IV

A vivir subyugados sin gloria,
prefiramos morir sin baldón,
que así sólo verán nuestros héroes
satisfecha su noble ambición.
¡Somos libres! Gritaron los pueblos;
y la Patria fue libre a esa voz,
¡como el Orbe salió de la Nada
a una sola palabra de Dios!

Pero no pasó mucho tiempo para que nuevamente la opinión pública reclamara la antigua letra, siendo tanta la presión que el Congreso peruano se vio obligado en 1913 durante el gobierno de don Guillermo Billingurst a declarar intangible, tanto la letra como la música del Himno nacional.

En 1959, a pedido del maestro Raúl Porras Barrenechea, nuestra gran compositora y cantante Chabuca Granda compuso un reemplazo para la primera estrofa del himno, sin embargo, ésta no se difundió.

Gloria enhiesta en milenios de historia
fue moldeando el sentir nacional
y fue el grito de Túpac Amaru
el que alerta, el que exige
y el que impele, hacia la libertad.
Y el criollo y el indio se estrechan
anhelantes de un único ideal
y la entrega de su alma y su sangre
dio el blanco y los rojos
del emblema que al mundo anunció
que soberano se yergue el Perú.
Para gloria de Dios.

El último intento de cambiar el himno fue del gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado en el que se intentó modificar el segundo y tercer párrafo. Igualmente impuso que en las ceremonias oficiales y colegios, se cantase la última estrofa en lugar de la primera.

Pero este intento tampoco tuvo éxito, y ni bien se recuperó la democracia, durante el gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde se volvió a cantar el Himno con su coro y su primera estrofa.

El Tribunal Constitucional determinó en junio de 2005 que la primera estrofa del himno (Largo tiempo ...) no es de la autoría de José de la Torre Ugarte sino más bien fruto del folclore popular y que su inserción en el Himno expresa la voluntad del pueblo peruano representado en el Parlamento Nacional mediante la Ley Nº 1801 por lo que merece mantenerse como intangible. Sin embargo, también verificó que se había excluido la quinta estrofa original del himno y, considerando la legislación de los Derechos de autor y la integridad de la obra ordenó que se restituya dicha quinta estrofa que, en la versión actual del himno, sería la sexta estrofa de un total de siete.

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